- Hijo...... estudia, que si no ya sabes lo que te espera, toda la vida trabajando.
- Papá, mamá, pero es que es muy aburrido, no me gusta nada lo que se da en clases.
- ¿Quieres tener una buena vida, con un buen sueldo y una buena casa?
- Pues claro que sí. - Decía el niño no muy convencido.
- Pues sólo lo conseguirás si estudias. Además debes sacar buenas notas.
- Vaaaaaaaaaaaaaale (para que te dejen en paz).
Nos hemos llevado toda la vida escuchando lo mismo de nuestros padres y abuelos. Nos han metido en la mente que si estudiábamos, íbamos a la universidad y sacábamos buenas notas desde el colegio; ya todo estaba hecho. Nos hemos llegado a imaginar que si eso lo cumplíamos, vendrían a por nosotros un día en casa mientras veíamos la tele y nos harían el contrato de nuestra vida. También que los más ricos tendrían la mejor educación.
Pero cuando todo eso que nuestros padres querían para nosotros se cumple.... uno acaba preguntándose: ¿Qué hay de verdad en eso?
1º- "Nos mintieron": es lo primero que se te viene a la mente. Que claramente todo era una gran mentira, por la que a pesar de haber sacado sobresalientes desde que tienes uso de razón, en el fondo todo se mueve por enchufe, enchufe y más enchufe.
2º- Te arrepientes: al ver que pasan los años, te metes muy de lleno en la veintena, y a pesar de haberte pasado toda la vida delante de libros y aprobarlos holgádamente; notas que el conocimiento es algo infinito y que no tienes "ni idea" de lo que has estudiado.
Te dices a ti mismo: "si hubiera estado trabajando desde los 16 años, ahora tendría un trabajo seguro, habría aprendido muchísimo y tendría experiencia". Tus padres siguen trabajando y pagándote todo lo que haces y gastas, y tu estado de ánimo a veces decae.
3º- Maduras: el día en el que pasas el punto número 2 y te dices a ti mismo que debes cambiar la situación en pos de un futuro mejor, haciéndote aquello que una vez te gustó, y con esas ganas que siempre has tenido de vivir; es cuando comienzas a madurar.
Abres los ojos de eso que creías era una mentira; y te das cuenta de que en realidad, te ha servido para ser lo que eres hoy en día. Una persona más completa, culta, respetuosa, abierta de mente (todo esto en mayor o menor medida claro), y con ambición; debido a que desde chicos nos metieron eso de que estudiando llegaríamos lejos.
Ahora que ha pasado el tiempo y has estudiado, quieres eso que te prometieron y que no aparece como de la nada. Eres otra persona, más experimentada.
4º- Comparas: ves a todos aquellos que jamás pasaron de la ESO o el Bachiller y empiezas a notar la diferencia. No es que sean gente inculta, claro que no; pero está claro que se mueven en otros intereses y fronteras que tú.
También ven la vida de manera más simple (todo hay que decirlo). Te has puesto esas miras altas, y el no conseguirlas te frustra. Pero que se mueva algo en ti, te hace tener ganas de luchar y seguir adelante; de ansiar aquello que veías simple y hacer lo posible por conseguirlo.
5º- Acabas orgulloso: te acabas sintiendo orgulloso de ver que has estudiado, que has hecho feliz a tus padres, y de que a pesar de no tener lo que siempre soñaste; es ahora cuando empieza el camino de ir a por ello. La vida solo acaba de comenzar, pero sin todo lo pasado, jamás estaríamos en este punto. Tener una o dos carreras no te hace mejor persona; pero te hace la vida más fácil.
Porque siempre será más sencillo encontrar un trabajo con una carrera que con ninguna. Llegar a ese puesto que quieres con estudios que sin ellos. Y darte cuenta del mundo cuando has leído lo suficiente, que cuando te pasas horas sentado en el sofá dejando pasar lo que tienes en frente tuya.
¿Pero es que entonces estudiar sirve?
- Según el Instituto Nacional de Estadística, cada año de más estudiado corresponde a un 10% más de sueldo medio en el futuro.
- Tener una carrera te hace ganar un 35% más que no tenerla.
- Dos carreras te hacen ganar un 15% más de media que solo una.
- Un máster potencia un 24% tu sueldo que no tenerlo.
- Tener dos idiomas, hace un incremento cercano al 40%. Mientras que el tercero sobre el segundo redundaría en un interesante 15% de más.
¿Conclusión?
Quizás todos esos hombres millonarios que se nos vienen a la mente no tengan "estudios" (tampoco les hacía falta); pero lejos de esos utópicos resultados (Zuckerberg o Steve Jobs hay pocos), lo cierto es que estudiar te hace tener más probabilidad de una vida mejor aún a día de hoy. Verdad es también que antes podías tener menos competencia y por tanto veías más simple tener un buen puesto si estudiabas; pero a pesar de ello, sigue mereciendo la pena.
Céntrate en aquello que verdaderamente te gusta y te mueve para dar lo mejor de ti. Sigue aprendiendo cada día en cada cosa que hagas y seguirás progresando y haciéndote más completo. El saber jamás ocupará lugar y te harán ver la vida de otra manera. Pregunta, cuestiona lo que hay como si fueras un niño y busca la respuesta. Hazlo por ti, por tu familia, por los tuyos y por el futuro. Da gracias a aquellos que te brindan esta oportunidad que no todo el mundo tiene. Siéntete orgulloso.
Antonio Valle Padilla
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