Las guerras continúan, el hambre presiona y la
explotación hacia los más desfavorecidos no hace más que aumentar.
Los ricos son cada vez más ricos, mientras que dejan que los pobres
sigan muriendo de causas evitables. Cuando el país más rico del
mundo de manera natural, el Congo, es también uno de los más
endeudados y pobres; es que algo ocurre.
¿Es que no somos todos personas?
Pareto decía que
algo era eficiente, cuando nadie podía mejorar sin perjudicar a
otro. Estamos en una época en que la mejora es posible sin
perjudicar a los demás; es más, podríamos mejorarnos todos
ostensiblemente. El problema se encuentra en que el bien de la
mayoría hace que la minoría que comanda el planeta deje de ganar
tanto, que no dejar de tener beneficios.
Mientras España caía al 25% de paro y en una de las
mayores crisis que se recuerdan; los directivos de las entidades en
quiebra salían de sus empresas con indemnizaciones millonarias. Si
un valor es aquello que suma; está claro que a día de hoy no hacemos más que restar, estando cada vez más distantes entre las
personas de la tierra.
Lo que debería preocupar no es que el que tenga la
posibilidad de beneficiarse del mal ajeno, lo haga; sino que los
perjudicados sigan con los brazos cruzados, en piloto automático,
como si nada ocurriera y como si todo fuera a solucionarse solo por
dejar pasar el tiempo.
Tiempo es lo más valioso que las personas tenemos, y
es lo único que no depende de nosotros ni directa ni indirectamente.
Nadie sabe cuánto nos queda ni dónde acabaremos; pero solo sabemos
que tenemos fecha de caducidad y que cada minuto que pasa, es un
minuto menos de nuestra vida. ¿Por qué gastarlo en dividir y no en
multiplicar? Si los valores suman, cuando se conjugan muchos de
ellos, solo podremos multiplicar. Y cuando valores brillantes se
multiplican llegamos a la potencia; potencia que siempre tiende a
infinito. Si ello lo vemos como algo racional, matemático y lógico
por parte de gran parte de todos....
¿cómo es posible que no pase lo
mismo con los valores sociales?
Ese egoísmo que hace mirarse a uno mismo, y como mucho
al grupo al que pertenece, es el cáncer del problema. La causa es
clara: nos lo meten muy adentro desde que somos pequeños, como si
fuéramos animales que deben luchar por sobrevivir en un mundo
salvaje, cuando no es cierto. Valía hace decenas de años, pero,
cuando la globalización vence y todo está relacionado; el no
apoyarnos los unos a los otros, solo puede ser un error global.
Si la economía funciona globalmente, y también el
recurso dicen más preciado a día de hoy como es la información.
¿Por qué no también los valores? Somos distintos culturalmente y
tenemos una tradición totalmente distinta según vengamos de uno u
otro lado; cierto. Pero no es menos cierto que todos nos merecemos
una vida digna, con respeto hacia los demás, pudiendo disfrutar de
lo que se nos ha brindado de manera natural (porque ningún grupo
humano ha creado la Tierra, por mucho que quieran apoderársela unos
cuantos).
Y si de manera natural, de la nada, se nos ha dado esta
oportunidad de vivir a todos; ¿por qué unos pueden disfrutarla en
mucha mayor medida y no otros? ¿No deberíamos estar de acuerdo
todos en darle esa oportunidad a los que de manera casual no la
tiene? Si creyéramos en que el destino da a cada uno lo que se
merece, es como decir que Dios existe; y las religiones concuerdan en
que hace el bien a los buenos y el mal a los malos.
¿Cómo entonces
los corruptos, ladrones y estafadores que cada día en las noticias
salen, siguen saliéndose con la suya?
Llegaríamos a la conclusión de que no todo es
azaroso, natural o merecido, y que por tanto nacemos con hándicaps
en contra más allá de lo que uno puede medir. Depende mucho por
tanto de tu posición social y circunstancias alrededor. Pero.....
¿alguien ha elegido nacer donde nació y salir como salió del
vientre de su madre? Absolutamente nadie. A cualquier persona le ha
podido tocar nacer en Etiopía, el Congo, España o Nueva Zelanda; y
con cada país tu vida se tornaría hacia una varianza positiva o
negativa sin haberlo deseado ni previsto.
Si finalmente comprobamos que es mucho más fácil
acabar viviendo por encima del umbral de la pobreza, si eres de
Australia que si eres de Marruecos; significa, que por muy libres que
nos vendan algunos que somos, comenzamos con unos obstáculos
difícilmente salvables sin ayuda alguna.
¿Por qué entonces si todo
es azaroso en cuanto a tener mayor ayuda o ninguna, no torcemos los
brazos y nos apiadamos de los demás?
Simplemente porque la educación, donde meto la
recibida en distintos centros obligatorios y por supuesto los medios
de comunicación que modulan la mente de padres e hijos; ha obviado
todo ello para seguir teniendo un mundo que vive por encima de sus
posibilidades (y esta vez sí la frase es cierta y no en la crisis),
y otro que mediante ruina y pobreza, trabaje para los primeros para
seguir sustentándolo todo.
La gente que está obligada a trabajar más de diez
horas al día para poder llevarse un plato a la boca; no tiene ni el
tiempo, ni la libertad para poder unirse en pos de cambiar su futuro.
Día que no trabajen, día que no tendrán de dónde comer y con ello
posiblemente toda su familia. Si sumamos las enfermedades que no
conviene erradicar para que la población más desfavorecida no siga
creciendo; llegaremos a la conclusión de que todo depende de los
ciudadanos de aquellos países ricos que sí tienen tiempo, libertad
y por tanto, posibilidad de hacer ver la realidad a los demás.
Hoy son ellos, pero podrías haber sido tú. Quién
sabe si mañana incluso puedes ser tú el que esté en esa situación,
o tus hijos. Solo sabemos que la educación es el arma más poderosa
de las naciones hoy en día y que dista mucho de ser eficiente.
Materias como economía y valores humanos, nos darían una
información precisa sobre cómo usar el dinero y respetar a los
demás con ello. Tristemente, el dinero a día de hoy todo lo mueve y
es justo en ese campo en el que no tenemos ninguna formación. ¿Nos
quieren ignorantes para seguir aceptando las estafas y fraudes
diarios y tantos otros que llegarán?
¿Solución?
Concienciación, educación, motivación,
pero solo en la dedicación, de que si todos abrimos los ojos, todo,
absolutamente todo, puede ir a mejor.
Antonio Valle Padilla
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